En el que fuera uno de los barrios más peligrosos y azotados por la delincuencia de Colombia, la Iglesia del Nazareno Siloé ha sido un faro de esperanza al ofrecer atención espiritual, alimentos para niños y ancianos, y capacitación profesional.
El Barrio Siloé, situado en las afueras de Cali, fue considerado en su momento uno de los lugares más peligrosos de toda Colombia. Pero en 2009, Steiner Prieto plantó una iglesia que ha ayudado a la comunidad a sanar y transformarse.
La decisión de plantar una iglesia en Siloé no fue fácil. Prieto sentía mucho odio y desprecio por el barrio; porque fue la comunidad donde asesinaron a su hermano. Aunque su corazón estaba amargado; Prieto dice que Dios cambió la angustia de su corazón por Siloé.
"Dios me dio una carga no de odio; sino de amor por esa comunidad", dijo Prieto.
Cuando Prieto comenzó su ministerio a sólo tres manzanas de donde fue asesinado su hermano, experimentó muchos contratiempos. Le robaron el coche, y su hijo fue apuñalado y casi asesinado.
A pesar de ello, muchos en la comunidad querían la presencia de la iglesia. Prieto recordó Mateo 9:36, donde Jesús mostró compasión por los que eran "como ovejas sin pastor". Oró para que Dios les diera la oportunidad de hacer algo por la comunidad.
En 2015, la iglesia empezó a ofrecer desayunos a los niños de Siloé. Se convirtió en un activo tan importante para la comunidad que la iglesia también empezó a ofrecer almuerzos y amplió sus servicios a las personas mayores. Actualmente, la iglesia da de comer a más de 120 niños y ancianos cada día. Y aunque el programa de comidas ha demostrado ser un útil servicio comunitario; también ha desempeñado un papel importante en la salvación de los perdidos de Siloé.
Dos hermanos pequeños empezaron a acudir a la iglesia para comer y, con el tiempo, para asistir a los servicios. Tuvieron una vida familiar difícil; porque su madre era adicta a las drogas, entre otras prácticas de vida poco saludables. Cuando empezaron a venir a la iglesia, empezaron a invitar a su madre. Ella encontró la salvación y transformó su vida; y ahora es voluntaria en la cocina para el programa de comidas.
Tras el éxito del programa de comidas, la iglesia empezó a buscar otras formas de prestar un servicio a la comunidad.
"Queremos que la iglesia sea relevante en la comunidad cada día", dijo Prieto. "No sólo cuando nos reunimos para orar".
La iglesia también ofrece clases para ayudar a las personas a obtener el título de secundaria, y ofrece capacitación profesional gratuita. Dos barberos de la iglesia iniciaron una capacitación profesional para ayudar a la gente a poner en marcha sus propios negocios. Enseñan a los alumnos a cortar el pelo y prácticas empresariales básicas para ayudarles a obtener ingresos mediante oficios profesionales. La iglesia espera añadir capacitación profesional adicional, como pintura.
Tras casi 15 años de ministerio en Barrio Siloé, Prieto sigue asombrado de cómo Dios le ha utilizado para llegar a lo que antes era un lugar tan lleno de dolor.
"Esta es la comunidad que mató a mi hermano", dijo Prieto. "Nunca me imaginé que Dios usaría mi dolor para llevar a la iglesia allí".